Una calle llamada Preciado nos invita a caminarle de madrugada.Cúando el Sol se ausenta bajo el mano de una noche que nos arrincona al recuerdo palido:una chica que rasga una guitarra entre reflejos que la lluvía motivo, y una plaza que nos espera al fondo con sú reloj mudo.
Salir de la Plaza Mayor con destino a la Calle Toledo una noche ya crecida,es razón para contemplar los arcos palidos que nos despiden cuando nuestros lentos pasos nos ofrecen la dicha de desnudar la noche...con nuestros suspiros iluminados.
El caminar con lentos pasos dentro de una humedad iglecìa.Nos brota una tranquilidad buscada;sentir el aroma de su pasado y el color de nuestro asombro en un callado suspiro.Es la mejor forma de buscar un descanso eterno.
El poblar una mesa conocida;acompañado de los seres queridos.Es una razòn para deleitar el agrio paladar con un buen vino criadò cerca de los Andes.Tener su conocido sabor en los labios con la sonrisa a flor.Es la dicha que la amistad provoca.