Las noches son hermosas cuándo se comparten con la más divina vista:el Palacio de Correos o Palacio de Cibeles.Le recuerdo bañado de luces propias que opacaban las debiles estrellas que habitaban en esé Madrid nocturno;buscaba el asiento dónde se toman los atobuses que nos adentran en La Gran Vía: pero antes gastabá el tiempo iluminadó el alma y el pensamiento en esas noches de ardiente verano madrileño.
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