lunes, 2 de septiembre de 2013

Mariachis en la Puerta del Sol

La música mexicana es demasiado valorada entre los españoles  de edad madura.Se podría estar en el nutrido grupo de curiosos que se reúnen alrededor de los mariachis para notarlo;esos mismos mariachis que le ofrecen la espalda a las puertas de la casa de gobierno.
 Se recuerda una clásica melodía de Jòse Alfredo Jimenes"caminos de Guanajuato:-
"allà en mi Lèon Guanajuato la vida no vale nada;ahì se apuesta la vida y se respeta al que gana".
Cerca de mi una pareja de alegres ancianos discutían la señora arrojaba regaños a sù alegre pareja que coreaba la canción con fuerte voz, el señor tenia la cara roja y el aliento a vino tinto;al final la señora adelanto el paso mientras terminaba la canción, y el feliz acompañante grito  con acento español-"viva México".

Siempre que cierro los ojos para esperar el sueño que arriba con la noche,recuerdo las bocas del metro que habitan en cada costado de la plaza de la Puerta del Sol. Vivía en Seseña Viejo y no tenìa el lujo de regresar al aburrido pueblo donde poemas de Neruda  eran citados en sus viejas calles. Tenìa que pasar la noche en Madrid,al comenzar las reuniones con mexicanos no habría problemas, el problema era al terminar las reuniones bajo la crecida noche invernal,cada uno de los presentes nos retirábamos y al repetir las reuniones optaba por retirarme,gastaba la noche en largas caminatas en el centro de la ciudad confundiéndome con los turistas nocturnos que pueblan Madrid.Con el frio de la madrugada en invierno el temblar del cuerpo era inparable, y còmo mendigo esperaba la apertura del metro en "zona cero"normalmente llegabà a las 5 de la mañana por la entrada del oriente donde salìan los Renfes,despues me inclinaba en las escalinatas para pillar calor y dormitar un poco entre varios gritos y ruidos de gente ebrìa.Las  6 de la mañana era el momento indicado para ingresar a los rincones interiores del metro, se sentìa un calor acogedor al caminar sus pasillos y esperar el metro de la linea 3 con rumbo sur, donde se pillaba la linea 6 y alimatar el cuerpo cubierto de frio,despues de haber viajado por màs de 2 horas sin rumbo fijo, solìa bajar en el barrio de Lavapies y pillar un descafeinado en uno de tantos bares y tomar èse sol en cualquier plaza que hacìa olvidar por un tiempo la cara amarga del invierno.

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