Testigos de una fiesta madrileña.

La única fuente de la Plaza de Chueca  nos recuerda que la basura siempre nos provoca un disguto total.Imaginamos estos desechos en las manos de sus dueños que durante la noche vivierón una euforía coletiva.Hoy todo es tranqulidad y, caminarla con un dolor de cabeza buscando un banco cercano con un cafe en la mano es lo principal.Me hubiera gustado lavar mi rostro en su agua clara,pero demaciada basura dentro de la fuente no es recomendable.Tomo mi cafe con lenta pausa y pienso que hoy es domingo y que el Rastro estará poblado de gente,o, quizá, ir a misa,cómo le prometi a mi vieja por telefono, en templo de la Almudena.