Calle Alcala en una tarde de invierno

La Calle Alcala se une a la Gran Vía en esta romantica esquina abajo el intenso trafico de una ciudad grande y, para los que somos amantes de caminatas mansas en tardes de invierno madrieleño;las hacemos inolvidables en la distancía,sobretodo cuándo los días eran grises y frios.Es sábado y salgo del metro Sevilla; tengo toda la noche por caminar y visitar amigos que he multiplicado en Madrid en mis dos años en España, he cogido un curro de medía paga de jornadas largas;pero siempre tengo en mi solitaría mente la esperanza de arreglar mi situación legal mientras trabajó para una família disfuncional en un pueblo cercano a Madrid: son extranjeros(árabe y sudamericana), más no me interesa mucho sus lagunas mentales de sentirse superioriores al saber que no tengo contrato de trabajo; me interesa caminar tardes cómo estas por está misma ruta imaginado que un día seré ciudadano con mi estatus legal arreglado.Por lo pronto iré a visitar restaurantes mexicanos donde coincidimos amigos del mismo país y gastamos el fín de semana tocando guitarras y coreando canciones rancheras al ritmo de un buen tequila,no importa que la noche termine en la pista de la Negra Tomasa al sabor de un dulce mojito.