domingo, 5 de agosto de 2012

Plaza Tirso de Molina con lluvía

La Plaza Tirso de Molina es un lugar de citas,de encuentros y desencuentros.Es romántica por los  locales que ofrecen flores variadas.A dos calles nace el Rastro cada domingo, a una calle nace la Plaza Benavente, y por la parte sur nace el barrio de Lavapies. La recuerdo en noches invernales de navidad poblada por pocos visitantes, sus  bares y restaurantes que le habitan con la puertas cerradas al frió que corre en el exterior,pero abierta a los románticos que buscan tomar un vino tinto en su  cálida barra mientras se contempla la belleza que atrae los inviernos madrileños. También la recuerdo en hermosas mañanas de domingo donde cientos de vendedores de libros,discos y revistas intercambian y venden literatura no comercial.La caminaba con pasos lentos mientras un manso sol me ofrecía el calor que el frió me quitaba . Ojear libros y escuchar conversaciones de temas lejanos que movían el mundo de los soñadores se hacia un placer personal . También la recuerdo una tarde de verano al salir de la boca del metro, mientras unos municipales pedían documentos a  chicos africanos que mostraban miedo  por ser retenidos entre centenares de gente que salíamos del bajo pasillo.No pude aguantar ofrecer una opinión que termino en regaño y retención por unos minutos.Simplemente por comentar en voz alta una òpinion personal: "que fácil  tenéis la pista para retener gente sospechosa de ser ilegal,basta tener la piel oscura para que te jodan toda la vida"-El municipal me respondió:
-"muchos pagan impuestos y otros no"-.Eso basto para ser retenido por poco tiempo mientras seguíamos intercambiando opiniones.Al final me dieron mis documentos y seguí mi camino con la misma impotencia que había nacido dentro mi  al jamás poder acostumbrarme que no todos los seres humanos podemos  vivir la belleza con total libertad.

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