Calle Montera en promoción y su Olivo

Quién ha vivido  Madrid  con  sus marchas nocturnas con la alegría del comienzo y, con la resaca de su fin, jamàs  pasara desapercibida una de las calles más nombrada entre los caballeros más discretos : la Montera. La Montera es una calle que comienza en la Gran Vía y termina en la Puerta del Sol ;caminarla al atardecer o de noche es adentrarnos en la profunda aroma de perfumes baratos, de florecimiento de sonrisas falsas sin perfil definido o, de pecadoras sirenas que pueblan los rincones oscuros y prohibidos para los puritanos de doble moral.
Recuerdo caminar esa calle alegre una noche de copas,quizá ye le había caminadó antes pero ante mi tonta atencíon no habria conocido su fama. Hermosas chicas de europa del este y esculturales morenas con cabellera rizada se podían distinguir entre la debil luz de las palidas farolas; algunas arrojaban sonrisas comprometedoras y otras nos invitaban  acerccarnos con el sutil movimientos de sus dedos.Las más  arrojadas nos tomaban del brazo mientras caminabamos lentamente para despues invitarnos con su dulce vos a cometer los más inimaginados pecados que nacen del sexo comprado.

Mi timides era notada y mis amigos se mofaban de mí cuestionado mi inclinación sexual con burlas conocidas;les conocía bien y sabía de su impertinente burlas,así que tome a la chica del brazo y le dije al oído tiernamente-"¿cuanto me cobras por un beso,por rosar esos labios que brillan de pasión esta noche?"-,la chica que entendió perfectamente mis palabras y arrojó una carcajada ; giro en ella misma para después tomar mi mano y decirme mirando  calle abajo y arriba:" igual que si follaramos".Un amigo se adelanto y la tomó de la mano para perderse entre los oscuros callejones donde borrachos y drogadictos tenían una fiesta frente a viejos edificios.Tuve precausiòn de ver ése ambiente apesar de lo ebrio que estabá; de ver esa gente, de pensar que había mafías del este cuidando las chicas y aunque tenía poco tiempo en Madrid  ya habìa leido en diarios y libros la vida tentadora que suele habitar al caer el manto negro de la noche.