lunes, 2 de julio de 2012

Plaza 2 de mayo en verano

La Plaza 2 de Mayo nace entre calles viejas y edificios sombrios.Tiene cuatro entradas principales,y se le recuerda siempre poblada de variada gente,desde pequeños crios que corren tras perros de diferentes razas,gente mayor que puebla las bancas  sin rubor,y jovenes que de noche le ofrecen el ritmo de vida nocturna que toda plaza suele soportar.Recuerdo descubrirla un domingo de mañana,cuando los rayos del sol ya tomaba la mayor parte de la plaza,me fue simple y pequeña para la fama y grandeza que  de ella se habla.-Ya en los ultimos años de mi estancía en Madrid y de mi alocada realidad que me abrigaba,la crisis fue la fiel compañera en mis caminatas;recuerdo está plaza en tardes de verano junto a inmigrantes cubanos y argentinos que me habian invitado a recibir comida gratis que ofrecían los Cristmas(creyentes de una religion indu).Fueron aisladas las veces que me juntaba en esé castigado grupo de variadas nacionalidades,donde compartiamos cigarros y bromas de cada país.Al ver llegar esos chicos de cabeza rapada y ropa indu, mi pensamiento voló al pasado, donde les habia conocido.Fue en un recinto de la Villa olimpica en Barcelona,donde la diosa Ama plocamaba milgaros y donde amigos que trabajaban en la banca nos habian invitado.Recuerdo los ritos y los canticos dentro del recinto; y las largas charlas que terminaban con la luna en las brumosas playas de Barcelona donde gatos de variados colores salian entre las piedras cuando escuchaban voces humanas y donde yo contemple la vista más hermosa: un barco bañado de neblina que encendía sus luces al compas de un potente faro que giraba en luces palidas sobre el mar que le acompañaba.Nunca me atrajo la idiología ni la fe de la religion Indía;me parecían pasajes repititivos de los aztecas y mayas cuando se habla de los dioses nacidos dela naturaleza.Tanta era la pasión de esos amigos españoles que les hice favor de sacar una visa en la embajada de la india para sus viajes que enfermaron de diarrea en los pocos días en la Indía y regresaron sin terminar su  caprichoso motivo.Despues sentado en esas viejas bancas de madera rodeado de inmigrantes marcados por la crisis esperando una ración de comida para ahorrar los gastos del mes,pensé en esa lejana religión y la Indía; donde no sólo se sufre de hambre he injusticía en la en la lejanía; si no tambien en la Plaza de un país sin futuro. cómo en el que yo vivía.

No hay comentarios:

Publicar un comentario