jueves, 12 de julio de 2012

La Gran vía en verano

Los que conocemos la ciudad en tiempos de verano por más de 5 años.Odiabamos que se llegara el verano,sobretodo porque todo mundo se iba de la ciudad,las instituciones y servicios públicos cerran completamente las actividades normales.Los más afortunados tenían sus planes para gastar el verano en playas del norte o sur del país.Recien que llegue a Madrid solía gastar los veranos por semana en pueblitos de Asturías,donde  el verano no era tan sofocante como Madrid.Sus cordilleras y sus tuneles melancolicos siempre estaban presentes en el pasado de las personas que solía acompañar.Era cómo entrar a otro mundo, dejar Castilla de León y entrar al puerto de Pajarez era sentir la vieja industria española donde  el carbón movía la industria nacional, enormes nubes de humo brotaban de minas gigantes donde conocí que de arena fina se hacen hermosos bloques de fino cristal asturiano y más adelante se podía leer" bienvenidos a Mieres"..Recuerdo las Playas del Sablon o Piedras blancas,donde los domingos se habla el blable en charlas de viejos que mostraban con orgullo la sidra asturiana que caía tras de su hombro en nuestros basos vacios.Siempre me parecieron tristes y melancolicos esos pueblos rodeados por altos eucaliptos y un mar que siempre nos recibía con su  marcada humeda, aun en verano.Sus lluvías lentas y sus cielos grises eran comunes al anochecer,la gente permanecía encerrada jugando cartas y fumando sin parar; tenían mirada alegre y andar lento,era como si el tiempo jamás hubiera pasado por su mirada,o cómo si esas enormes montañas los hubieran apartado del mundo y sus maldades; esas mismas maldades que ya empezaba a sentir en Madrid.

No hay comentarios:

Publicar un comentario