lunes, 2 de julio de 2012

La maja sin frio

Es surrealista levantar la mirada y ver una hermosa silueta que nos invita a compartir su calida desnudes en los inviernos más frios que viví en Madrid.Solía cruzar desde Preciado hasta Lavapies los ultimos meses que camine Madrid.Pequeñas plazuelas se abrian y se cerraban en está zona donde reynaban las telas y esencías orientales.Recuerdo está misma calle hace años,cuando trabajabá en un exclavista taller de ropa en un pueblillo de Toledo.Buscabamos telas en está misma calle en un aromatico local donde el aroma a telas nuevas nos recibía y donde se les podía acariciar con total libertad.;se aproximama navidad y los colores y luces florecían aun en el atardecer en las calles que bordeaban está plazuela;buscabamos telas para crear hermoso vestidos que sé usarían en  en primavera-verano.Nuestros pedidos habían crecido y de 5 personas que habitabamos ese calidos taller de costura hacíamos vestidos hermosos, con nutridos encajes que yo planchaba con rapides y un fino escote que se abría en el cuello bajo de la modelo.Era mucho el trabajo pero poco el sueldo ,pero mientras planchaba esa fina tela; veía por la ventanilla caer la nieve en los tejados del pequeño pueblo de Castilla la Mancha;tenía habitacion,comida y sueldo.Y además reconocían mi buen gusto al terminar cada prenda.Dos rumanas provincianas hacían correr la maquina que comía hilos,una brazileña que coreaba en portugues musíca nostalgica .una diseñadora colombiana que me enseño trucos sobre la prefección de un vestido.Y por ultimo una ecuatoriana dueña del taller y de nuestra ingenuidad qué siempre gritaba  y se autoalagaba cuando llegaban los compradores.Y la causante de la muerte del taller,su ambición pudo más que su buen gusto.Al ver que pedían más produccion se comprometió a ofrecer cantidades que jamás podríamos ofrecer.Cobrabamos por partes y poco a poco cada persona fue dejando el tibio taller.Y despues de casi 6 meses; pasando el invierno acomode mis cosas personales y en una mochila y busque una habitación en Leganes.Donde había ahorrado algo de pelas y buscar un nuevo trabajo.Depues regresaba a Madrid y perdía las tardes en contemplar los aparadores que de magía y diseño me seducían.

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