lunes, 11 de junio de 2012

Instituto Cervantes con sombras mexicanas

Bajar la Calle Alcala  en dirección donde se une con la Gran Vía al morir la tarde un fin de semana era un placer para los sentidos que tanto me gustabá practicar.Sobretodo cuándo terminabá de trabajar, y con algunas cervezas y tequilas en mi crecida tripa.Mis pasos eran lentos y mi mirada era rapida;posandondola en el horizonte cercano de viejos edificios que me atraían por su originalidad;ver  la fachada izquierda del Instituto Cervantes habitada por figuras mexicanas me hizo detenerme y quedarme mudo de moviminetos, miéntras ponía un cigarro en mis labios y me preguntaba mudamente sí tenía sentido ver esás alegres figuras en un viejo edificio.Quizá no encajaba esa imagen, quizá estabá uraño, porque ese mismo día conocí en manos de un municipal lo que significa tener una carta de expulsión sin haber cometido delito alguno,simplemente por haber hecho una falta administrativa decía mi abogado de turno:simplemente por hacer un comentario cuando municipales detenían a un par de peruanos fuera del metro por sus ragos etnicos.Y por no poder soportar esa injusticía tuve que permancer más de 5 horas en una fría prisión española , aúnque no dejaba de mostrar mi alegría mexicana entre muros frios de indiferencía humana.

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